La ciudad se llena de ácido
en el aire, en las miradas
en la gente
Hay miedo, y ese olor
que se pega
que hiede
y te quema los ojos
Un ácido que se arrastra
que te come desde adentro
de afuera, lo valioso,
te busca y caza
Lo peor de todo
es el hambre
hambre de ese ácido
de esas gentes
Y caminás sintiendo tus últimas monedas.
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